La introducción de este episodio reproduce el evento en el que Haruka estaba de pie cerca del vestuario de chicas, escuchando la conversación de Akira y Kazuha, pero esta vez, en lugar de alejarse engañado, Akira sale y le quita el teléfono a Haruka. Esto permite que la historia tenga un final alternativo. Haruka se da cuenta de que Akira ha estado actuando de manera extraña últimamente y decide hablar con ella a solas en la escuela a la mañana siguiente. Ve la mirada triste en el rostro de Akira y se preocupa, y quiere ayudar a Akira a encontrar el colgante de su madre (después de recordar que lo perdió cuando era niña).

Haruka y Sora Kasugano vuelven a casa, a un lugar lleno de recuerdos. Tras haber perdido a sus padres en un trágico accidente de coche, los gemelos deciden volver al campo y empezar de nuevo la vida en la casa de su abuelo, un recuerdo constante de los momentos de su pasado. Los saludan sus amigos de la infancia, Nao Yorihime y Akira Amatsume, y la recién llegada Kazuha Migiwa. Es una cálida bienvenida, simbólica de los días que deben llegar. Su paz es meramente efímera, sin embargo, a medida que las emociones reprimidas, nacidas de votos tanto recién descubiertos como olvidados, comienzan a ejercer su influencia en las nuevas vidas de los gemelos. Y en el fondo, un oscuro secreto, sólo conocido por ellos, comienza a desatarse.